¿Te encanta el flan? ¡A nosotros sí! Esta crema fresca y cremosa es deliciosamente suave, pero conserva su forma al desmoldarla. También llamada flan, esta crema horneada se sirve invertida: una ligera salsa de caramelo cubre la superficie y se vierte por los lados, formando un delicioso charco en el plato.
El flan es muy popular en todo el mundo, especialmente en México y Latinoamérica. Este postre tiene una historia tan rica como su sabor. Este dulce platillo se remonta al Imperio Romano. Los romanos, los primeros en domesticar pollos, también fueron los primeros en preguntarse: ¿Qué hacemos con todos estos huevos? La respuesta, según los libros de cocina que se conservan, fue hacer natillas.
Llamados "flado", estos pasteles de crema pastelera eran originalmente salados, con sabor a pescado o carne (como un quiche). Sin embargo, esto empezó a cambiar cuando los cocineros empezaron a añadir miel para crear una versión más dulce, más parecida a la que conocemos hoy. Tras la caída del Imperio Romano, el flan perduró.
Tras extenderse por toda Europa, este exquisito postre se hizo extremadamente popular en España, especialmente tras la introducción de su característico toque de azúcar caramelizado. Los moros también contribuyeron a esta maravillosa receta al añadir sabores como cítricos y almendras. Pero ¿cómo se convirtió el flan en uno de los postres más populares de Latinoamérica? Los españoles trajeron la receta consigo al llegar a América. Los chefs latinoamericanos han hecho suya esta delicia, y hoy en día se puede encontrar en muchos restaurantes latinoamericanos.
No todos los flanes se hacen de la misma manera. En México, el flan se prepara con queso crema, y en París se cocina como una tarta con caramelo horneado. ¡Nos encanta el flan que desarrollamos para la Smart Cooker, que puedes encontrar en la app CHEF iQ!
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